Sometidos a los vaivenes del cambio climático, la sequía se ha hecho presente en distintas zonas del territorio nacional. Es por ello que debemos tener presente que el agua, además de sostener y ser la base de toda forma de vida en el planeta, actúa, entre otros, como medio de producción de los distintos sectores socio-económicos.
En la zona central de Chile el déficit de lluvia y nieve ha provocado una disminución en el caudal medio anual de los ríos y pérdida de vegetación nativa. Adicionalmente, factores exógenos tales como temperaturas más altas y cambios en la vegetación, pueden estar detrás del aumento del déficit en los caudales (Garreaud et al., 2017).
Respecto a la incertidumbre sobre la causa del descenso en las precipitaciones, simulaciones en la zona central muestran que pueden ser atribuidas tanto a fenómenos naturales como al cambio climático antropogénico.
Se ha estimado que una cuarta parte de la baja en las precipitaciones, a partir del año 2010, tiene origen antropogénico (Boisier et al., 2016). Otro antecedente importante que destacar es que “Los ecosistemas del ámbito acuático continental chileno presentan vulnerabilidad frente al cambio climático, en particular los humedales costeros y altiplánicos” (MMA, 2017).
En ese contexto, es importante para las labores de planificación sostenible del recurso, conocer la cantidad de agua disponible ofrecida por la fuente de agua, así como los niveles de demanda sobre éstos, a modo de asegurar un balance adecuado entre ambos que garantice la sustentabilidad del agua y de los sectores que dependen del vital recurso (Rivera et al., 2004).
A nivel mundial, la actividad agrícola usa alrededor del 70% de toda el agua consumida en el planeta y se calcula que en los próximos años, debido al aumento poblacional y los patrones de consumo, la cantidad de agua necesaria para producir los alimentos, fibras y biocombustibles requeridos por la población, incrementen el uso del agua hasta en un 55%. El indicador de huella hídrica en la agricultura puede permitir establecer políticas y acciones concretas para ahorrar agua en el sector que mayor requerimiento del recurso tiene.
HUELLA HÍDRICA
La huella hídrica es un indicador que define el volumen total de agua dulce usado para generar bienes y/o servicios producidos por una empresa, o consumidos por un individuo o comunidad. Éste mide el volumen de agua consumida, evaporada o contaminada a lo largo de la cadena de suministro, ya sea por unidad de tiempo para individuos y comunidades, o por unidad producida para una empresa. Se puede calcular para cualquier grupo definido de consumidores (individuos, familias,
pueblos, ciudades o naciones) o productores (organismos públicos, empresas privadas o sector económico).
Por lo tanto, la huella hídrica es el volumen de agua utilizado para la producción de bienes y servicios. Existen tres tipos: la verde (agua de lluvia), la azul (de ríos, lagos y acuíferos) y la gris (agua contaminada):
Verde: Es el volumen de agua de precipitación que es evaporada en el proceso productivo o incorporada en un producto.
Azul: Es el volumen de agua dulce extraída de un cuerpo de agua superficial o subterránea y que es evaporada en el proceso productivo o incorporada en un producto.
Gris: Es el volumen de agua contaminada, que puede ser cuantificada como el volumen de agua requerida para diluir los contaminantes hasta el punto en que la calidad del agua esté sobre los estándares aceptables.
Para estimar la huella hídrica de nuestro sistema productivo, podemos emplear la siguiente metodología: • Para la Huella Hídrica Verde es necesario contar con información climática diaria que permita hacer seguimiento a los niveles de precipitación. Una vez se cuenta con valor de agua lluvia y mediante el uso de lisímetros se puede cuantificar el total del agua evapotranspiración. • Para estimar la Huella Hídrica Azul se debe instalar aforadores o contadores de caudal que permitan cuantificar el agua proveniente de una fuente superficial o subterránea. • En cuanto a la Huella Hídrica Gris, se hacen monitores continuos a la calidad del agua que ingresa y sale del sistema evaluado los principales contaminantes productos de la fertilización. • Finalmente se hace un seguimiento a la producción en cada ciclo productivo, con tal asociar el gasto de agua por cada kilo o tonelada de producto obtenido.
Como beneficio de determinar la huella hídrica de nuestros procesos productivos, es factible señalar: 1. Cuantificar la magnitud de la cantidad de agua utilizada y los riesgos potenciales a los que se enfrenta un sistema productivo. 2. Identificar potenciales riesgos y ejecutar acciones para reducirlos. 3. Generar conciencia de dónde y cómo se utiliza el recurso hídrico. 4. Tomar mejores decisiones sobre cómo manejar el recurso hídrico y gestionar procesos productivos. 5. Participar en políticas locales y nacionales de sostenibilidad ambiental y productiva
Las utilidades de la Huella Hídrica son múltiples y dependen del nivel de análisis, al realizar una medición comparativa puede identificar y recomendar alternativas productivas sostenibles.
A nivel Individual, tanto productores como consumidores pueden ser conscientes de las cantidades de agua usadas y necesarias para diluir los contaminantes del proceso productivo agropecuario y de su consumo.
A nivel gremial o asociativo, el uso del indicador sirve como medio de diagnóstico y herramienta para la mejora de procesos, generando el uso de tecnologías o manejos eco-eficientes en sus sistemas productivos, y una cultura de producción con responsabilidad social y ambiental.
A nivel estatal se puede influir en la generación de políticas sectoriales informadas y que permitan mitigar los efectos del cambio climático.
La socialización de los resultados de los estudios de huella hídrica puede incentivar la generación de grupos de consumidores mejor informados y conscientes, los cuales a su vez podrían llegar a buscar los productos con una menor huella.
Como ejemplo, esta es la Huella hídrica de algunos productos agropecuarios:
CONCLUSIÓN
La huella hídrica permite identificar el impacto que tiene la producción agrícola en el ambiente, por ello, discutir el tema es fundamental para desarrollar una visión sustentable en el manejo del agua y fomentar la cooperación entre los sectores involucrados.
Conocer la huella hídrica y su análisis puede mejorar la eficiencia en la agricultura y así combatir el cambio climático, que cada vez hace más difícil la producción en este sector, como también es importante reducir el consumo de agua en la agricultura. También es fundamental identificar y entender cómo su origen puede impactar aspectos comerciales de los productos.
Finalmente, la agricultura que utiliza eficientemente el recurso hídrico da un valor agregado a la comercialización, ya que muchos consumidores buscan productos sustentables.
FUENTE:
• Radiografía del Agua, Brecha y Riesgo Hídrico en Chile. Fundación Chile, 2018
• http://agriculturers.com/la-huella-hidrica-importancia-la-agricultura/